2/52 | La llorona soy

Xanic Ge
2 min readJan 13, 2021
Ilustré las sensaciones de mi llanto.

No sé qué tienen las flores, llorona
Las flores de un campo santo
No sé qué tienen las flores, llorona
Las flores de un campo santo

Que cuando las mueve el viento, llorona
Parece que están llorando
Que cuando las mueve el viento, llorona
Parece que están llorando

Empiezo a notar que surgen nuditos en la garganta, estos se empiezan a acumular y a causar dolor, mi nariz se dilata y siento un cálido escozor, me empiezo a estremecer y el recorrido sigue la ruta de mi pecho a las rodillas, mis ojos se inundan y entonces viene, sí, ya viene, viene el llanto. Estas son mis instrucciones para llorar, para llorar con la música.

Viene el llanto sin razón aparente, no identifico que es lo que me conmueve. No hay una relación de la letra conmigo, no soy nacionalista y mucho menos chauvinista, jamás me verán llorar de manera superficial y desde una construcción nacionalista por el país en el que me tocó nacer. Sin embargo, hay varias canciones mexicanas que me conmueven de manera desgarradora y desconcertante, sin entendimiento alguno, estas canciones son La llorona, Cielo rojo y Cielito lindo me hacen derramar tremendas lagrimas y es verdad que el dolor se manifiesta en mi cuerpo al escuchar estas canciones ¡qué impresión que la música pueda lograr esto! He llegado a creer que es el conjunto entre la armonía, la interpretación, la voz y las frecuencias sonoras, no me conmueve su significación literal. Hace un tiempo vi un video de un músico explicando la complejidad de la música y lo que hace sentir, él defendía la música comercial y lo que se considera basura o muy superficial. Menciona que no hay duda que hay mejores composiciones que otras, pero que eso no significa que la música no se sienta y conmueva, eso lleva a procesos neurológicos y culturales muy complejos. Esto llamó mucho mi atención pues puede existir mucha soberbia entre los melómanos y creer que “su música“ es la mejor, antes yo era así, pero mis procesos se han visto envueltos de sorpresas viscerales y racionales que no siempre me interesa entender, más bien ahora prefiero abrazar la conmoción y hablar de mis reacciones ante el llanto y lo que lo provocan.

(Colecciono versiones de La llorona. Me gusta provocarme el llanto y hablar de él)

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